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OUAT: Hechizo de tres noches: capitulo 2

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DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece. Rumplestiltskin x Belle. NO contiene escenas fuertes (pero Rumplestiltskin no puede asegurarles lo mismo en capítulos posteriores, dearies).


"Three night spell: Hechizo de tres noches"

Capítulo 2

"Tendrás que servirme durante las noches, atendiendo mis necesidades personales de antes de ir a dormir. Y será durante un mes."

Esas habían sido las palabras de su amo tras encontrarla dormida en el recinto principal. Belle ni siquiera pudo darse a explicar. Rumplestiltskin dio media vuelta de forma triunfante, disponiéndose hacia la salida. Belle se quedó perpleja, mirando hacia el suelo, tratando de asimilar sus palabras… y su mirada. En el tiempo que llevaba conviviendo con él –y que eran varios meses, jamás se sintió insegura de su integridad. Tenía que confesar, cuando recién había llegado, fue su peor temor, pero nunca vio que su amo se interesara en ella de esa forma. Hasta hoy.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta que Rumplestiltskin se detuvo en la entrada, sin salir del recinto, esperando por ella.

-¡¿Y bien?! –Belle se sobresaltó aturdida, sin saber que contestar… o esperar. -El agua para bañarme no se va a calentar sola como la manta. Y más vale que no hierva el agua, me gusta tibia.

-¿o sea que inicio hoy mismo? Pensé que…

-¡¿acaso ves que el sol esté brillando?! –Rumplestiltskin levantó la voz momentáneamente, aturdiéndola. -Es de noche. A no ser que quieras agregar un mes más a tu sentencia,- bajo la voz de manera intimidadora –empezaría a moverme inmediatamente.

Belle se levantó rápidamente dirigiéndose hacia su amo, pero recordó el libro y la manta. Su amo no permitía desorden en ninguna habitación. Temerosa de cualquier tipo de reproche, se volvió, tomó la manta echa bola y el libro. Solo le tomó unos segundos, pero cuando volteó hacia la puerta, él ya se había marchado.

Consternada, subió velozmente a su habitación para dejar los objetos para después disponerse a bajar a donde se encontraba la caldera y calentar el agua. Lanzó el libro sobre la cama y contempló la portada. Era una tonta novela de amor, de las que tanto le gustaban. Belle suspiró. Hacía unas horas, ese libro había representado su mayor sueño y fantasía de encontrar romance y amor verdadero. Y ahora representaba su mayor temor. ¡Si tan solo no hubiera confiado y dejado llevar!. Tal parecía que el destino le encaraba que el amor no estaba preparado para ella. Ni siquiera en los libros.

Con el ánimo por los suelos, se dispuso a bajar al sótano. Recordando que no tenía lámpara con ella, tomó la vela de su cuarto y bajó. Entró al frío cuarto de la caldera y se estremeció. Siempre había odiado los sótanos, fríos y húmedos. Llenó la caldera con agua, cogió leña, prendió fuego y esperó a que el agua se calentara. Mientras lo hacía se preguntó de qué otras necesidades tendría que encargarse. Hasta el momento sólo se había encargado de cosas básicas de limpieza, aseo y comida. Ni siquiera se le permitía recibir invitados, encargarse de la mensajería o cualquier acción que permitiera ponerse en contacto con el mundo exterior. Su vida se restringía dentro del castillo. Y ni así, su amo le había permitido entrar a su habitación. ¿Qué se suponía que hiciese antes de dormir? ¿Tenderle la cama? ¿Prepararle la pijama? ¡¿Desvestirlo?! Belle palideció ante la simple idea... o lo que la idea conllevaba y era su mayor temor.

Ser su amante

Belle sabía en el fondo que clase de necesidades tenía un hombre. Otra doncella como ella quizás permaneciera inocente e ignorante ante la idea, pero no ella. Lo sabía, lo había leído varias veces en sus libros y novelas. Tenía en su conocimiento que el esposo reclamaba sus derechos de marido durante la primera noche después de la boda o como el amante seducía a la doncella para lograr conseguir sus favores. Por la misma razón huyó y evitó a Gastón. Y ahora se encontraba atrapada en algo peor.

Se recargó con pesadumbre sobre la fría pared intentando tomar fuerzas para hacerse la idea, cuando el sonido de la caldera la sobresaltó. El agua se encontraba hirviendo. Corrió y apagó el fuego. Por andar perdida en sus pensamientos, había dejado que el agua se calentara de más. Y no tenía forma de enfriarla artificialmente. Se sentía miserable, nada le salía bien ese día. Rumplestiltskin se volvería a enfadar con ella. Soltó otro suspiro, subió las escaleras y se dirigió hacia la habitación de su amo. Tenía que avisarle por lo menos esperara a que el agua se enfriara por sí sola… o con magia. Resignada, se detuvo a unos pasos de la habitación y llamó a la puerta. Bien. Si tenía que arder Troya, que así fuera. Pero no hubo respuesta. Volvió a llamar. Preocupada de que su amo ya estuviera dentro de la regadera y le cayera el agua hirviendo, entró sin permiso alguno.

La habitación era medianamente amplia pero más pequeña de lo que hubiera esperado. La decoración era escasa y extraña, de lo cual dedujo que sólo mantenía con él objetos de interés personal o algún poder en especial que debiera permanecer fuera de la vista. Sin embargo, los pocos objetos que tenía con él daban un ambiente refinado. Esa era la verdadera naturaleza de su amo. La cama era espaciosa y en una de las esquinas se encontraba un espejo, descubierto. Le llamó la atención. En todo el palacio Rumplestiltskin mantenía los espejos cubiertos. Belle creyó comprenderlo por un momento. Así que el único lugar donde se permitía verse a sí mismo era en la intimidad de su habitación. ¡Cómo deseaba decirle que no era malo aceptarse a sí mismo! Pero eso significaba que había algo que no le gustaba de él mismo. Que estaba inconforme. Y por lo tanto… podría cambiar. Una ligera calidez se formó en su pecho, en forma de esperanza. Pero entonces recordó repentinamente el motivo de su intromisión y se reprendió a ella misma. ¿Cómo planeaba llevar a cabo semejante tarea cuándo ni siquiera podía encargarse de deberes más simples como calentar el agua?

Belle se dirigió a la habitación donde se encontraba el baño. Tomó aire y rezó por no encontrarlo ahí. Y no había nadie. Belle suspiró por tercera vez en la noche, pero en esta ocasión de alivio. Se dispuso a salir de la habitación y esperar a su amo en la puerta. En ningún momento le había especificado que entrara a la habitación y no podía arriesgarse. Se dirigió a la puerta, cuando un extraño pergamino apareció sobre la cama. No recordaba haberlo visto ahí cuando entró. Insegura, lo tomó y abrió para leerlo. Si era una carta personal o un hechizo, lo dejaría inmediatamente donde la encontró. Pero estaba en blanco. Justo cuando se dispuso a volver a dejarlo, unas extrañas letras empezaron a aparecer mágicamente.

Prepara la cama y almidona las almohadas. Necesito un traje de lino para dormir en la mesa de noche de la derecha, y un traje de día limpio, debidamente doblado en la mesa de la izquierda. Que no se vuelva a repetir lo del agua o tu castigo se ampliará a un año.

Así que esta era la forma en que su amo había decidido comunicarse. Después de todo, era considerado con ella, sabiendo que se sentiría incómoda en la habitación con él. Belle se relajó por un momento y no pudo evitar sonreír, sintiéndose aliviada. Por más que él quisiera negarlo, era amable con ella. Guardó el pergamino sobre su regazo y escudriñó los armarios hasta dar con la ropa que le indicó. Paso seguido, preparó la cama y almidonó las almohadas. Una extraña fragancia a hierbas y madera impregnó el aire. No lo había notado, pero era el perfume de su amo. Un aroma silvestre y leñoso, como el aroma del otoño. Tal como era él.

Se aseguró que todo estuviera en su sitio y volvió a abrir el pergamino por si otra indicación aparecía. Y así fue.

Necesito que cambies las velas. Baja al recinto principal y dentro del mueble principal las encontrarás.

Belle bajó y buscó las veladoras donde le tenía indicado. Pero solo había una. Era una vela extraña, color rojizo y con un extraño grabado en los costados. Era diferente al resto de las velas que había utilizado en el palacio. Buscó detrás del resto de los objetos en busca de más, pero no encontró nada. Por un momento consideró buscar otras velas en otro lado pero había recibido indicaciones exactas. Ya tenía acumulado demasiados errores en un día por actuar en su voluntad. Si su amo quería usar esa vela en especial, ella solo tenía que obedecer. Subió de vuelta a la habitación de su amo y llamó a la puerta para asegurarse de que era bien recibida, pero nuevamente no recibió respuesta alguna. Decidió entrar, tomó la vela usada y la cambió por la nueva vela. La colocó sobre la base, a lado de la cama. Inclinó la vela encendida que traía en la otra mano para compartir el fuego y la encendió.

-¡Belle! –el grito de Rumplestiltskin resonó en la habitación. Aturdida y asustada, se viró hacia su amo. -¡¿Qué haces dentro de mi habitación?!

-S… sólo estoy siguiendo tus órdenes. Vine a hacer lo que me pediste.

-No recuerdo que la caldera estuviera dentro de mi habitación. –Rumplestiltskin contestó severamente molesto.

-Lo sé, es sólo que… el agua hirvió, vine a avisarte. Después me dispuse a prepararte la ropa y la cama, tal como me ordenaste. Luego cambié las velas. Así decía el pergamino.

Rumplestiltskin escudriñó los cambios que hizo Belle en su habitación. Detestaba que hubiera entrado en su habitación sin su permiso ¿pergamino había dicho? Él no recodaba haberle dejado ninguna indicación escrita. Estaba a punto de recriminarla nuevamente cuando sus ojos se toparon con la vela. Belle notó como su amo cambió de mirada rápidamente mientras cruzaba la habitación hacia la esquina donde se encontraba la vela. Tomó la vela, y con la mirada seria pasó la mano sobre la flama. Nada. Lo repitió tres veces más con el mismo resultado. La vela no se apagaba.

-¿Sucede algo con la vela? –Belle se atrevió a preguntar tras ver cómo su amo se encontraba desesperado por apagarla, lo cual se le hacía extraño. Rumplestiltskin le entregó la vela.

-Apágala. –Su voz sonaba firme e imponente. Belle nunca había escuchado usar ese tono de voz con ella. ¿Qué sucedía? Su amo estaba actuando más extraño de lo habitual. Lo miro rápidamente de reojo, intentando descifrar lo que en verdad sucedía a través de sus reacciones. Se encontraba totalmente desesperado. Si no quería la vela, ¿por qué la pidió? Hasta donde lo había conocido, no era un hombre que se retractara de sus palabras y decisiones. ¿Habría sido un accidente? Tampoco era alguien que permitía cabos sueltos. Siempre tenía todo planeado y con las consecuencias previstas. ¿Qué era lo que sucedía entonces? Tomó la vela y sopló, pero la flama seguía en pie.

-¡Métela en agua o algo! –Rumplestiltskin casi le gritó en la cara. Belle corrió hacia el baño, llenó un cuenco con agua y sumergió la vela. El agua envolvió el fuego, extinguiéndolo. Acto seguido, la sacó. La colocó sobre el mueble que se encontraba a lado. Ambos contemplaban la escena en mutuo silencio. La flama volvía a arder.

-¿Cómo es posible? –Belle miraba impactada la vela. Nunca había visto algo así en su vida. Le interrogó con la mirada -¿Es magia?

En el momento en que ambas miradas se cruzaron, las pupilas de Rumplestiltskin se dilataron, tratando de asimilar la situación. Y justo en ese momento, varias escenas atravesaron por su mente, como los fragmentos de una película. Se sujetó al marco de la puerta mientras trataba de controlar la situación. Con su don de clarividencia enviándole imágenes del futuro -que sólo él podía ver, aturdido, dio un paso atrás. –Es un hechizo de amor…

-Y acaba de ponerse en marcha.


Comentarios:

¡Wuju! Segundo capítulo servido. A partir del siguiente empieza lo divertido, dearies. ¡No os desesperéis! De antemano, les agradezco gente bonita, que se toman su tiempo para leer esta historia, y en especial por sus review. Son el alimento de todo escritor.

Sialia

En un inocente capricho, Belle ha desobedecido las órdenes de su empleador y amo, Rumplestiltskin. Y con ello, las manecillas del amor y la pasión han comenzado a moverse en un peligroso hechizo, del cuál, sólo tienen tres noches para romperlo. ¿El resultado destruirá su relación?

Once Upon a Time - Rated: M - Spanish - Romance/Fantasy -  Rumpelstiltskin/Belle


CAPÍTULO ANTERIOR: Hechizo de tres noches: capitulo 1 Innocent whim 

CAPÍTULO 3: OUAT: Hechizo de tres noches: capitulo 3

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